Guía del milenio para elegir un asesor financiero

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Guía del milenio para elegir un asesor financiero

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Anonim

Cuando se trata de planificación financiera, los millennials enfrentan algunos obstáculos únicos que los diferencian de las generaciones anteriores. Entre la deuda de los préstamos estudiantiles, los salarios fijos y una perspectiva poco optimista para la Seguridad Social, invertir para el futuro es un reto, por decir lo menos. Obtener la ayuda de un asesor financiero puede facilitar un poco la navegación por las aguas. Los asesores financieros no se ajustan a todos, y hay algunas consideraciones clave que los millennials deben tener en cuenta al elegir una. (Para obtener más información, consulte el tutorial: Conviértase en su propio asesor financiero .)

Definición del rol del asesor

Alguien que tiene entre 20 y 30 años tendrá necesidades financieras muy diferentes a las de alguien que se acerca a la edad de jubilación. Para los millennials, la primera pregunta que necesitan responder es cuáles son sus expectativas y objetivos para contratar un asesor financiero. Esto hace que sea más fácil reducir el campo de candidatos potenciales.

Por ejemplo, si la atención se centra en la creación de riqueza, le conviene elegir un asesor financiero cuya experiencia principal se centre en la inversión. Por otro lado, si le preocupa más la administración básica del dinero, como ahorrar o desarrollar una estrategia para pagar deudas, deberá buscar un asesor que ofrezca una gama más amplia de servicios. (Para obtener más información, consulte: Cómo seleccionar un asesor financiero.)

Robo vs. Asesores tradicionales

La siguiente pregunta para los millennials que eligen un asesor es si usar un robo-consejero o seguir la ruta tradicional. Los robo-asesores utilizan software para guiar las decisiones de gestión de riqueza para sus clientes. Este tipo de asesoramiento es más pasivo y, como resultado, tiende a tener menos costos que trabajar cara a cara con un asesor. Los mínimos de inversión inicial también tienden a ser más bajos, lo que puede ser una ventaja si está invirtiendo en un presupuesto mínimo. (Para obtener más información sobre robo-advisors, consulte: Una guía para elegir el mejor asesor Robo.)

Para los millennials expertos en tecnología que se sienten cómodos con un enfoque de no intervención, los robo-advisors son ciertamente atractivos, pero hay algunos inconvenientes a tener en cuenta. Por un lado, los asesores de robo se centran en la inversión y la gestión de patrimonios y no tienen en cuenta los objetivos financieros fuera de ese alcance. Un asesor tradicional, por otro lado, sería capaz de evaluar la situación financiera general de un inversionista y ofrecer asesoramiento personalizado sobre cosas más allá de la inversión, como pagar deudas o construir un fondo de emergencia.

Los asesores de Robo también pueden ser problemáticos cuando el mercado sufre una recesión. Si surge el pánico, los inversores pueden verse tentados a vender sus inversiones. Un asesor tradicional sería capaz de ayudar a evaluar cuál es el movimiento correcto mientras que un asesor robo no ofrecería ningún argumento sobre por qué la venta sería un error.Tener este elemento humano involucrado puede ser especialmente útil para los millennials que tienen una experiencia relativamente grande en el mercado.

Comparación de asesores

Al elegir un asesor, los millennials no pueden darse el lujo de saltear su debida diligencia. El siguiente es un resumen de los factores más importantes a tener en cuenta antes de tomar una decisión final.

Educación y certificación profesional

Los asesores financieros no se crean por igual, y es importante estar familiarizado con el tipo de educación y licencia profesional que se requiere para llevar el título. Un planificador financiero certificado, por ejemplo, debe superar ciertos requisitos establecidos por la Junta de estándares del planificador financiero certificado para ofrecer servicios de asesoramiento. Un CFP está equipado para ofrecer orientación sobre planificación financiera en general, así como temas específicos, como seguros e impuestos.

Un asesor de inversiones, en comparación, se especializa en ofrecer recomendaciones sobre inversiones. Convertirse en un asesor de inversiones registrado implica pasar el examen de la serie 65, administrado por FINRA y registrarse en la Comisión de Bolsa y Valores. Elegir un asesor con estas u otras certificaciones profesionales asegura que está tratando con alguien calificado para ofrecer asesoramiento financiero.

Servicios Los tipos de servicios que brinda un asesor financiero generalmente se relacionan con el tipo de certificación que tienen. Al considerar a los asesores, los millennials deben considerar toda la gama de servicios que están disponibles para ver cómo encaja esto con sus metas individuales. Idealmente, desea encontrar a alguien que sea experto en el manejo de las preguntas y problemas financieros más comunes que abordan con mayor frecuencia las personas de 20 y 30 años. Reputación La reputación profesional de un asesor lo dice todo y los millennials no deberían tener reparos en verificar los antecedentes de un candidato. Con un planificador financiero certificado, por ejemplo, verificar su certificación es un buen lugar para comenzar. La herramienta BrokerCheck de FINRA se puede utilizar para buscar información para asesores de inversiones. El boca a boca también es una forma efectiva de medir la credibilidad de un asesor. Pedirle a amigos o familiares de confianza que hayan usado los servicios del asesor en el pasado o verificar sus calificaciones en sitios de opinión pública puede brindarles una visión útil de sus antecedentes. Accesibilidad Pagar a un asesor financiero no tiene sentido si no pueden responder preguntas o dar consejos cuando sea necesario. Los millennials que están buscando un asesor tradicional deben prestar mucha atención a su disponibilidad, qué métodos de comunicación usan y su tiempo de respuesta. Lo mismo aplica para el equipo de servicio al cliente cuando se considera un robo-consejero.

Tarifas

Los asesores financieros no trabajan de forma gratuita, y pueden variar ampliamente en términos de las tarifas que cobran y cómo se evalúan. Algunos pueden cobrar una tarifa fija por ciertos servicios, mientras que otros pueden cobrar una comisión que se basa en un porcentaje de lo que se está invirtiendo. Leer el cronograma de honorarios a fondo es esencial, especialmente para los millennials que pueden estar operando con un presupuesto más pequeño.(Para obtener orientación sobre cómo ahorrar dinero en los aranceles de asesoramiento, consulte: Cómo reducir los gastos del asesor financiero .)

Conclusión

Elegir al asesor financiero adecuado entre los 20 y 30 años es esencial para su perspectiva a largo plazo. Obtener un mal consejo desde el principio puede ponerlo en grave desventaja en el futuro. Tener claro cuáles son tus objetivos y qué esperas obtener de una relación con un asesor financiero puede guiarte hacia el que mejor se adapte a tu situación.