Por qué estos países europeos no usan el euro

Paises que usan el euro. Paises que utilizan el euro. Paises donde circula el euro (Mayo 2024)

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Por qué estos países europeos no usan el euro

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Anonim

La formación de la Unión Europea (UE) allanó el camino para un sistema financiero unificado y de varios países en una moneda única: el euro. Si bien la mayoría de los países miembros de la UE acordaron adoptar el euro, algunos, como el Reino Unido, Dinamarca y Suecia (entre otros), han decidido mantener sus propias monedas heredadas. Este artículo analiza las razones por las cuales algunas naciones de la UE se han alejado del euro y qué ventajas puede conferir a sus economías.

Actualmente hay 28 naciones en la Unión Europea y, de éstas, nueve países no están en la zona del euro: el sistema monetario unificado que usa el euro. Dos de estos países, el Reino Unido y Dinamarca, están legalmente exentos de adoptar el euro alguna vez (el Reino Unido ha votado a favor de abandonar la UE, ver Brexit). Todos los demás países de la UE deben ingresar a la zona del euro después de cumplir ciertos criterios. Sin embargo, los países tienen derecho a posponer el cumplimiento de los criterios de la zona del euro y, por lo tanto, posponer su adopción del euro.

Las naciones de la UE son diversas en cultura, clima, población y economía. Las naciones tienen diferentes necesidades financieras y desafíos para abordar. La moneda común impone un sistema de política monetaria central aplicado de manera uniforme. El problema, sin embargo, es que lo que es bueno para la economía de una nación de la eurozona puede ser terrible para otra. La mayoría de las naciones de la UE que han evitado la zona del euro lo hacen para mantener la independencia económica. Aquí hay algunas razones por las que muchas naciones de la UE no usan el euro.

  • Independencia en el diseño de políticas monetarias : dado que el Banco Central Europeo (BCE) establece las políticas económicas y monetarias para todas las naciones de la eurozona, no existe independencia para que un estado individual elabore políticas adaptadas para sus propias condiciones. El Reino Unido, un país no perteneciente al euro, pudo haber recuperado de la crisis financiera de 2007-2008 reduciendo rápidamente las tasas de interés internas en octubre de 2008 e iniciando un programa de flexibilización cuantitativa en marzo de 2009. En contraste, el Banco Central Europeo esperó hasta 2015 para comenzar su programa de flexibilización cuantitativa (crear dinero para comprar bonos del gobierno con el fin de estimular la economía).
  • Independencia en el manejo de los desafíos específicos de cada país: Cada economía tiene sus propios desafíos. Grecia, por ejemplo, tiene una alta sensibilidad a los cambios en las tasas de interés, ya que la mayoría de sus hipotecas están en tasa de interés variable en lugar de fija. Sin embargo, al estar sujeto a las regulaciones del Banco Central Europeo, Grecia no tiene independencia para administrar las tasas de interés que más beneficien a su gente y su economía. Mientras tanto, la economía del Reino Unido también es muy sensible a los cambios en las tasas de interés. Pero como país que no pertenece a la eurozona, pudo mantener bajas las tasas de interés a través de su banco central, el Banco de Inglaterra.
  • Prestamista independiente de último recurso: La economía de un país es muy sensible a los rendimientos de los bonos del Tesoro. De nuevo, los países que no pertenecen al euro tienen la ventaja aquí. Tienen sus propios bancos centrales independientes que pueden actuar como prestamista de último recurso para la deuda del país. En caso de un aumento en los rendimientos de los bonos, estos bancos centrales comienzan a comprar los bonos y de esa manera aumentan la liquidez en los mercados. Los países de la eurozona tienen al BCE como su banco central, pero el BCE no compra bonos específicos de la nación miembro en tales situaciones. El resultado es que países como Italia se han enfrentado a grandes desafíos debido al aumento de los rendimientos de los bonos.
  • Independencia en las medidas de control de la inflación: Cuando la inflación aumenta en una economía, una respuesta efectiva es aumentar las tasas de interés. Los países que no pertenecen al euro pueden hacerlo a través de la política monetaria de sus reguladores independientes. Los países de la zona euro no siempre tienen esa opción. Por ejemplo, después de la crisis económica, el Banco Central Europeo elevó las tasas de interés por temor a la alta inflación en Alemania. La medida ayudó a Alemania, pero otras naciones de la eurozona como Italia y Portugal sufrieron bajo las altas tasas de interés. (Ver relacionado: Reguladores financieros: quiénes son y qué hacen)
  • Independencia para la devaluación de la moneda: Las naciones pueden enfrentar desafíos económicos debido a ciclos periódicos de alta inflación, altos salarios, exportaciones reducidas o producción industrial reducida. Tales situaciones pueden manejarse de manera eficiente mediante la devaluación de la moneda nacional, lo que hace que las exportaciones sean más baratas y más competitivas y fomenta las inversiones extranjeras. Los países que no pertenecen al euro pueden devaluar sus respectivas monedas según sea necesario. Sin embargo, la zona del euro no puede cambiar de forma independiente la valoración del euro: afecta a otros 19 países y está controlada por el Banco Central Europeo.

The Bottom Line

Las naciones de la zona euro prosperaron por primera vez bajo el euro. La moneda común trajo consigo la eliminación de la volatilidad del tipo de cambio (y los costos asociados), el fácil acceso a un mercado europeo grande y monetariamente unificado, y la transparencia de los precios. Sin embargo, la crisis financiera de 2007-2008 reveló algunos escollos del euro. Algunas economías de la eurozona sufrieron más que otras (ejemplos son Grecia, España, Italia y Portugal). Debido a la falta de independencia económica, estos países no pudieron establecer la política monetaria para fomentar mejor sus propias recuperaciones. El futuro del euro dependerá de cómo evolucionen las políticas de la UE para abordar los desafíos monetarios de las naciones individuales bajo una política monetaria única.