El sector de la electrónica sigue de cerca al mercado en general, lo que lo convierte en un sector cíclico con volatilidad promedio. La electrónica es uno de varios sectores, junto con productos farmacéuticos, productos para el cuidado de la salud, hospitales y productos para el hogar, que comprende el grupo de industrias que conforman el grueso (50 a 60%) de la cartera diversificada de un inversor típico. Dentro de esa cantidad, las preferencias individuales determinan cuánto se asigna a la electrónica frente a los otros sectores que siguen de cerca al mercado en general.
La diversificación es la técnica de gestión de cartera más eficaz para proteger a los inversores de una fuerte caída en una sola empresa o sector. Al extender la riqueza a través de una mezcla diversa y heterogénea de industrias, los inversores aseguran que un declive en un solo sector, como la tecnología a principios de la década de 2000, no arruine los ahorros de su vida.
Dentro de la estrategia de diversificación, un inversor tiene mucho espacio para personalizar y estructurar su cartera para adaptarla a su estilo de inversión individual. Si un inversor se considera tradicional, orientado al crecimiento o conservador juega un papel importante en los sectores que reciben las mayores asignaciones dentro de su cartera diversificada.
El inversor tradicional dedica al menos la mitad de su cartera a sectores tradicionales, es decir, aquellos que siguen de cerca el mercado en general. Una medida conocida como el coeficiente beta representa la relación de un sector con el mercado en general. Cuanto más cerca esté la beta de un sector a 1, más estrechamente sus movimientos rastrearán la del mercado más amplio. Electrónica, con una beta de 1. 03, pertenece a este grupo. Este amplio sector comprende desde televisores domésticos, radios y estéreos hasta productos de alta tecnología, como semiconductores.
Mientras que la mitad o más de la cartera de un inversor tradicional se destina a sectores con valores beta cercanos a 1, no hay una respuesta definitiva sobre cómo se debe dividir esa mayoría entre sectores dentro de ese grupo. Los inversionistas astutos llevan a cabo una investigación exhaustiva de la industria para tomar esa determinación. Con base en esa investigación, un inversor puede ser alcista, bajista o de una opinión neutral sobre electrónica. Por lo tanto, su cartera puede terminar con menos del 5% a más del 25% asignado a la electrónica.
Los inversores de crecimiento dedican menos espacio de cartera a los sectores con volatilidad promedio, como la electrónica, para hacer espacio para una mayor asignación a los sectores volátiles con mayor potencial de crecimiento, como las nuevas empresas tecnológicas. Mientras que los sectores con alta volatilidad generalmente comprenden el 20% o menos de la cartera diversificada de un inversor tradicional, los inversores en crecimiento suelen otorgar a estos sectores el 40% o más de sus carteras.
El inversor conservador cambia la curva de campana en la otra dirección. Al igual que el inversor en crecimiento, asigna menos de su cartera a sectores que siguen de cerca al mercado en general. Sin embargo, en lugar de trasladar ese espacio a inversiones de alto crecimiento y alto riesgo, lo dedica a sectores estables y conservadores con valores beta bajos, como los servicios públicos y la banca.
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