Tabla de contenido:
- Emotion: el impulsor clave de nuestro proceso de toma de decisiones
- Examinando la EMH a través de la lente de la neurociencia
- The Bottom Line
La Hipótesis del mercado eficiente (EMH) es la idea de que toda la información disponible se refleja completamente en el precio de un activo, como una acción. Desarrollado en la década de 1960 por el economista estadounidense Eugene Fama, la EMH sostiene que es imposible para los inversores superar constantemente al mercado ya que las acciones siempre se negocian a su valor razonable. Teóricamente, la EMH argumenta que no hay forma de comprar acciones a precios de ganga o venderlas a precios inflados. La teoría establece que la selección de acciones es, en esencia, un "juego de azar". "
La EMH es una teoría muy controvertida y el debate sobre su corrección -quizás el debate más significativo en el mundo financiero en los últimos cincuenta años- busca en última instancia probar o refutar los méritos de la gestión activa de inversiones. . Si el EMH es probado como verdadero, no hay necesidad de una gestión activa de inversiones. Si se demuestra que la EMH es falsa, los recogedores de acciones profesionales pregonarán su necesidad de una vez por todas. Los defensores de ambos lados, gestión activa versus pasiva, tienen puntos de vista convincentes. El debate se ha desatado a lo largo de las décadas sin un final a la vista, enfrentando dos opiniones teóricas entre sí sin medios para la resolución real, con cada lado proporcionando datos y razones para apoyar sus afirmaciones. Este resultado de "ganador nítido" es un dilema que ataca a muchos argumentos más allá de las finanzas: puntos de vista opuestos que poseen supuestos hechos que prueban sus afirmaciones (por ejemplo, cambio climático o política fiscal). En tales casos, los datos irónicamente hacen que ambas partes sean correctas y la verdad permanece para siempre desconocida.
Sin embargo, los avances modernos en el campo de la neurociencia han permitido la resolución de este gran debate sobre la EMH. A través de una comprensión del proceso de toma de decisiones, podemos poner fin a la cabeza girando hacia adelante y hacia atrás entre los argumentos impulsados por datos en duelo a favor y en contra de la EMH. Se puede declarar un ganador claro y la discusión finalmente se cierra.
Emotion: el impulsor clave de nuestro proceso de toma de decisiones
Cuando alguien toma una decisión, grande o pequeña, hay una emoción involucrada. Fisiológicamente, el cerebro humano es incapaz de tomar decisiones sin la participación tanto de la corteza cerebral como del sistema límbico. Existe cierto grado de emoción y, por lo tanto, un sesgo inherente en cada decisión que tomamos. Esta existencia de emoción en el proceso de toma de decisiones ha sido probada en un nivel anatómico y es tan científica como la existencia de oxígeno (O) en el agua (H 2 O). Los humanos son animales increíblemente emocionales.
Un ejemplo más tangible de la presencia de emoción en nuestra toma de decisiones es la heurística: los atajos mentales que inconscientemente empleamos para permitirnos resolver problemas y emitir juicios rápidamente.La heurística de "anclaje y ajuste", por ejemplo, es la dependencia de la primera pieza de información más que cualquier otra información obtenida; es la razón por la que amamos las ventas cuando hacemos compras: anclamos al precio original y automáticamente pensamos que el precio reducido es una gran oferta. La heurística de "disponibilidad" es la asignación de probabilidades basada en lo que viene a la mente de la manera más fácil; es la razón por la que las personas piensan que los viajes en avión son menos seguros inmediatamente después de un accidente aéreo muy publicitado.
Hay muchos más ejemplos de heurística en nuestra vida cotidiana. Nuestros cerebros son muy inteligentes, más de lo que imaginamos, y utilizan constantemente trucos mentales para ahorrar tiempo al encontrar rápidamente soluciones a nuestros problemas. Sin embargo, la heurística hace que nuestro proceso de toma de decisiones, incluso más nublado y complicado por el sesgo y la emoción.
Es importante notar que la heurística y otros sesgos cognitivos no siempre son malos para nosotros, pero es a través de su comprensión que comenzamos a ver la toma de decisiones emocionales en el trabajo en un sentido práctico.
Examinando la EMH a través de la lente de la neurociencia
Los avances modernos en neurociencia han iluminado la presencia y el poder de la emoción en el comportamiento humano. La aplicación de esta comprensión mejorada del cerebro anatómico y nuestro proceso de toma de decisiones es esencial para que las finanzas maduren y la base de conocimientos de gestión de inversiones mejore continuamente. Debemos aprovechar las verdades encontradas en la neurociencia para responder empíricamente a preguntas previamente teóricas, como el debate sobre la veracidad de la HME.
Cualquier argumento para la EMH está enraizado en la teoría de la elección racional. Para creer que toda la información se refleja en el precio de un activo, uno asume (cree) que los inversores son prudentes y lógicos. Pero la emoción es la antítesis de la lógica, y los humanos son innatamente emocionales.
De hecho, la emoción siempre está presente en los mercados, y por lo tanto, la eficiencia siempre está ausente. Los precios no pueden reflejar con exactitud la información, como dice la EMH, si esa información se ve influenciada emocionalmente y los precios de las acciones se determinan, al menos en parte, por decisiones impulsadas por factores emocionales. Quizás, dado el conocimiento que nos brinda la neurociencia, ahora podemos retirar el debate sobre la eficiencia del mercado y reinventar el acrónimo como "EMH: Teoría de mercado emocional ".
La aceptación de la emoción del mercado hace más que refutar la eficiencia del mercado, aunque esta es la primera aplicación natural. A partir de ahí, surgen nuevas preguntas en nuestro intento de mejorar continuamente las finanzas. Después de resolver la eficiencia del mercado, uno naturalmente comienza a echar un vistazo crítico a los méritos de la gestión de inversión pasiva. requiere una consideración más profunda de la aleatoriedad antes de asumir que la gestión activa es la reina.
The Bottom Line
Un mercado que es emocional es ineficiente, pero un mercado ineficiente no es necesariamente uno en el que los recogedores de acciones reine. ¿aleatorio?¿Y qué puede contribuir la neurociencia a esa conversación? Una vez que dejamos de lado el debate sobre la eficiencia del mercado, podemos abordar de manera más adecuada estas preguntas cruciales. La industria financiera se ha centrado en el debate sobre la eficiencia del mercado durante demasiado tiempo. Es un debate que cuando se examina a través del lente de la neurociencia tiene una resolución simple y clara.
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